viernes, 24 de enero de 2014

El problema del desempleo


"There are three kind of lies: lies, damned lies, and statistics" (Benjamin Disraeli)


En el genial libro de Darrell Huff "How to lie with statistics" (1954)* disponible libre en internet se nos cuenta lo sencillo que es mentir (deliberadamente, o no) con cifras, estadísticas y porcentajes según la conveniencia de utilizar unos datos u otros.

Desde que conocí este libro hace ya muchos años, me ha despertado un efecto de suspicacia respecto a todas las noticias económicas y en concreto con las estadísticas que se refieran al paro.

Ayer se dieron a conocer las cifras de la EPA: la ocupación subió un 0,3% en el último trimestre, hay un 26,03% de paro (5.896.300 personas), 55,06% de paro juvenil (889.300 personas). El gobierno prefiere quedarse con la cifra optimista de que el paro bajó en 69.000 personas.

Todos estos datos son innegables, ahí están, respaldados por la EPA con cifras oficiales. 

El problema está en que uno puede dar mas énfasis a los datos que le son más optimistas (sobre todo cuando se trata de gobiernos), y olvidarse o disimular las cifras y datos que no nos convienen.

Nuestro gobierno se agarra al clavo ardiendo de la bajada del paro en 69.000 personas y deliberadamente olvida que ni la tasa de paro juvenil ni la absoluta han descendido apenas, y que el principal motivo de la bajada es la emigración de jóvenes al extranjero en busca de un futuro y de extranjeros que vivían en España y han vuelto a su país por las escasas expectativas de encontrar trabajo aquí.

Y cuál es la reacción al respecto? Alguna reflexión o cambio de rumbo? Se van a tomar medidas de emergencia para reducir una tasa de paro tan inaceptable? Pues no. Lo único que se rumorea es una nueva subida de IVA (otra más) y cuotas de autónomos (alguna bajada de IRPF) y otros impuestos indirectos para desangrar aún más a los ciudadanos.

Cuál es el motivo de que no se cree empleo?

Lo primero de todo hay que crear el marco más adecuado para esa creación de empleo: invirtiendo en una educación de calidad, inculcando una cultura emprendedora, para gente con ganas de ganar dinero (no culpabilizando a quien lo gana, otro defecto de este país), no poniendo ninguna traba ni económica ni burocrática a la creación de empresas y empleo (en vez de dar subvenciones), y un largo etcétera...

No se puede consentir una fiscalidad del trabajo tan confiscadora como la que tenemos, donde hasta donde las rentas más bajas sufren un expolio, y los costes laborales para una empresa desincentivan cualquier contratación:


















Como podemos ver en esta tabla elaborada por el Think Tank Civismo, una empresa española paga más de 18.000 euros anuales por un trabajador, para que éste vea solamente 12.000 € netos al año, o lo que es lo mismo: 1.000 euros al mes de sueldo neto. Es inaceptable.

Si queremos eliminar el desempleo, debemos empezar por cambiar los elevados costes laborales de las empresas y las trabas administrativas, fiscales y de legislación laboral.

La contratación (y por consiguiente, el despido) debe ser tan sencillo como decir: "Mañana empiezas a trabajar, firma aquí tu contrato" Y punto.

Para la empresa, el único coste laboral del trabajador debe ser el salario que le pague, a partir de ahí el trabajador tendrá que hacer cuentas con el estado: seguridad social, impuestos, desempleo y jubilación. Cada trabajador debe tener su caja de reserva, y ser libre de aportar lo que le venga en gana (con unos mínimos establecidos) de modo que planifique su jubilación, su prestación en caso de quedarse en desempleo y su asistencia sanitaria (que también debería ser libre). Esa caja o fondo de reserva individual no debe perderse con cambios de trabajo, con bajas voluntarias...a menos que se disponga de los fondos por alguno de los motivos antes citados.

El problema estaría en que la seguridad social, tal y como está concebida ahora, entraría en colapso. Con un sistema piramidal como el que tenemos donde lo que paga cada trabajador no es su pensión, sino la de sus padres, quién paga las actuales pensiones? La transición debería de hacerse lentamente, adaptando el nuevo sistema progresivamente a medida que aumenten las contrataciones.

Por otro lado, a medida que aumentasen las contrataciones no sería necesario realizar excesivas retenciones.

Otra premisa para aumentar el empleo sería aumentar el consumo interno del país, en caída contínua desde hace años. Para ello sería necesario reducir los tipos impositivos marginales a niveles como los Finlandia, por poner un ejemplo:











En ese país, las clases trabajadoras y con salarios más bajos, no ven sus salarios expoliados.

Este es sólo un esbozo de las múltiples recetas que se deben (y pueden) tomar. Pero la más importante es reducir el gasto inmediatamente, la grasa del estado, las administraciones duplicadas y triplicadas, las insolventes e inútiles empresas públicas que compiten de manera desleal con las privadas, los gastos políticos (incluyo en estos a partidos, sindicatos, patronal), las CCAA y ayuntamientos (focos de gastos desproporcionados e inútiles)...

Y empezar a hacerlo ya.


*http://www.horace.org/blog/wp-content/uploads/2012/05/How-to-Lie-With-Statistics-1954-Huff.pdf

miércoles, 22 de enero de 2014

El Síndrome del Zar

Cuenta la historia que cuando la zarina Catalina "La Grande" hizo una gira para conocer sus nuevos territorios conquistados de Crimea de la mano de su entonces amante Potemkin, encontró aquellas tierras prósperas y sus pueblos encantadores, acogedores y bonitos.

Lo que no sabía la zarina es que se trataba de decorados trasladados de un lado a otro a su paso, y que la miseria y la opresión estaban detrás de toda aquella farsa.

Siglos después, el zar Nicolas II vivía rodeado de cortesanos aduladores en una utopía imperial de la que despertaría dramáticamente. Su imperio, uno de los mayores en extensión de su época, con un ejército y un aparato de seguridad formado por millones de personas, y una monarquía y nobleza opulenta y despreocupada, era en realidad un gigante con pies de barro: miseria, corrupción, hambre, analfabetismo azotaban el país. 

Y cuando llegó la guerra, tras un comienzo desastroso en la Primera Guerra Mundial, y un final aún más desastroso y humillante, el país se vió sumido en la revolución y la miseria.


Les suenan familiares ambas historias? Aunque no es tan grave la situación española actual como la  de la Rusia zarista, sí lo es la ceguera de sus gobernantes, rodeados de una camarilla de aduladores propios de esa época.

Nuestro optimista presidente Rajoy, rodeado de su camarilla de aduladores ministros y consejeros, trata de insuflar un optimismo más propio del ex-presidente Zapatero que de un gobernante serio y responsable.

Está muy bien que la prima de riesgo baje, y la percepción de nuestro país de cara al exterior mejore, pero eso no es suficiente si no se basa en datos sólidos y actitudes responsables y de duro trabajo y esfuerzo por parte del gobierno. Si la bajada de la prima sólo sirve para endeudarse aún más a un coste más bajo, si baja a la mitad y pedimos el doble, no habremos arreglado nada.

Si también, de cara al inversor extranjero damos una imagen de solidez que no se basa en hechos fundamentales, tarde o temprano al final se descubrirá y será peor.

No se pueden tirar las campanas al vuelo con un 26% de paro y una legislación laboral que es un auténtico desastre que desincentiva la contratación, con un sector público que se come los recursos económicos del estado, con ausencia de separación de poderes que hagan posible que haya justicia para los más débiles...etc...

Por ello Rajoy, aquejado del síndrome del zar, del que no ve ni oye nada más que lo que sus cortesanos le ponen delante de los ojos y no sale a pie de calle, debe empezar a hacer las reformas precisas e inmediatas para sacar al país de este colapso social en el que vivimos.

jueves, 21 de noviembre de 2013

Deuda, austeridad y demás mentiras

"El castigo del embustero es no ser creído, aun cuando diga la verdad." (Aristóteles)


De un tiempo a esta parte, uno de los mantras más repetidos por ciertos sectores políticos y de la sociedad es que hay que endeudarse para crear crecimiento. Emitir más deuda. Realizar más gasto público, para crecer más. Así, y se quedan tan anchos...

Decir que una subasta de deuda ha sido un éxito porque se han colocado "x" miles de millones de euros a 1, 2, 5 ó 10 años, a un tipo de interés más bajo que en las anteriores subastas, me repatea. Es como decir: "me he gastado tu dinero para la compra en un genial 2x1 en zapatos."


La realidad de esas emisiones de deuda como bien comenta Daniel Lacalle en su artículo "La deuda sí es el problema" es que intentar salir de una recesión y crecer a base de deuda puede traer como consecuencia el efecto contrario: que se llegue a detener la recuperación a causa de esa misma deuda. Aquí tienen el artículo para comprender el problema a fondo:


 http://blogs.elconfidencial.com/economia/lleno-de-energia/2013-10-14/la-deuda-si-es-el-problema_28396/

Y para qué todo este gasto y esta deuda? Se preguntarán ustedes...Pues nada más y nada menos que para mantener un estado hipertrofiado, con otros 17 mini-estados más dentro, una estructura imposible de mantener con los ingresos actuales, y todo ello con la excusa del ESTADO DEL BIENESTAR, un estado fictício en el que el bienestar es para unos pocos, los actuales políticos y sus allegados.

Porque claro, durante toda esta época de crisis hemos visto como se realizaban recortes en ese estado del bienestar, recortes de tipo social, económico, laboral...etc...con la excusa de que dichos recortes eran necesarios y que la austeridad nos era impuesta desde fuera. Muy triste. El porqué? 


Primero, porque por nuestro bien deberíamos ser austeros sin que nadie nos lo imponga: no gastar más que aquello que podemos, y sin endeudarnos nosotros ni futuras generaciones.


Segundo, dicha supuesta austeridad es una falacia: nuestra deuda ha crecido más de un 17% desde 2012 (ya supera el 92% del PIB) y no tiene pinta de parar. Y todo ello porque tenemos unos gastos estructurales que no podemos mantener.


Y tercero, porque mientras las clases más débiles y los pequeños empresarios han soportado todo el peso de los ajustes, los verdaderos protagonistas del gasto no han visto recortados sus gastos: siguen existiendo el mismo número de políticos, ayuntamientos, diputaciones, empresas públicas....etc...que antes de comenzar la crisis. Todos ellos con un enorme gasto de recursos humanos y económicos, y con una ineficiencia propia de un estado bananero.


A todo ello hay que sumar que hay pocos mecanismos independientes de control, que auditen tales gastos. El tribunal de cuentas o la agencia tributaria o no tienen capacidad material o potestad para hacerlo. Tal es así, que a día de hoy, no se sabe a ciencia cierta cuántos asesores o personal de confianza hay, ni cuál es su coste.


Por todo ello, la próxima vez que oigan decir que la prima de riesgo ha bajado, y que es muy buena noticia porque nos podemos financiar en los mercados de una manera más barata, desconfíen. Eso es más deuda, que usted tendrá que pagar (o sus hijos y nietos) con unos intereses, y a costa de unos impuestos. 

Pero recuerde, la solución está en gastar menos, no recaudar más.